Por qué las novelas deben tener algo que decir
(Tiempo de lectura: 5 minutos)
Creo que una novela debe tener algo que decir. No basta con entretener: debe tratar temas vitales, incluso polémicos, que aporten profundidad y provoquen reflexión.
Las buenas historias no solo cuentan lo que pasa, sino lo que significa.
Eso es lo que he intentado hacer con El Devorador de Virtud.
¿Qué hace a un villano memorable?
(Tiempo de lectura: 10 minutos)
¿Qué hace que un villano sea memorable? ¿Su crueldad, su inteligencia, su causa… o algo más profundo?
Es una pregunta que me hago con frecuencia.
Quizá los recordamos porque nos incomodan, porque nos obligan a mirarnos en ellos.
Por qué la corrección fue una de las mejores partes de escribir mi novela
(Tiempo de lectura: 7 minutos)
La corrección de El Devorador de Virtud fue una de las etapas más gratificantes del proceso creativo. Gracias al trabajo y la dedicación de Ágata Vehí de la Paz, aprendí a pulir mi estilo, eliminar repeticiones y dar mayor fluidez al texto. Más que una revisión, fue un auténtico diálogo literario que elevó la novela y me hizo crecer como escritor.
Reescribir, cortar y pulir: por qué la primera versión nunca es la definitiva
(Tiempo de lectura: 6 minutos)
Reflexión matutina: terminar un primer borrador no significa haber terminado una novela. Reescribir, cortar y pulir son las etapas en las que una historia realmente cobra vida. Cada revisión acerca el texto a su esencia, y cada frase eliminada permite que lo que queda respire con más fuerza. Porque ninguna primera versión es la definitiva.
El mapa de Eldava
(Tiempo de lectura: 9 minutos)
Eldava es el continente donde transcurre El Devorador de Virtud: un mundo vasto, diverso y lleno de contrastes. Sus mares, desiertos y territorios peligrosos conviven con ciudades prósperas, alianzas políticas y culturas muy distintas entre sí. Cada nación, cada bosque y cada frontera encierra una historia propia, formando el escenario en el que se desarrollan los acontecimientos de la novela.
Una ambientación tardomedieval-renacentista
(Tiempo de lectura: 4 minutos)
La ambientación de El Devorador de Virtud es tardomedieval renacentista, un mundo en plena transición entre lo viejo y lo nuevo. El feudalismo apenas sobrevive en territorios aislados, mientras las ciudades se convierten en centros de poder, comercio y cultura. Castillos y gremios conviven con parlamentos, grúas y artefactos mecánicos, reflejando un tiempo de cambios acelerados. Es en ese escenario de tensiones y transformaciones donde se desarrollan los dilemas de mis personajes.
Tres maestros en mi camino: Delaney, Tolkien y Rothfuss
(Tiempo de lectura: 8 minutos)
Tres autores han marcado mi vida lectora más que ningún otro: Joseph Delaney, J.R.R. Tolkien y Patrick Rothfuss. Con Delaney descubrí el placer de leer, gracias a su forma clara y envolvente de narrar. Tolkien me enseñó la maravilla de los mundos profundos y cargados de valores. Y Rothfuss, con El nombre del viento, me mostró un estilo íntimo y equilibrado que conecta con mi propia voz. Los tres, cada uno a su manera, se han convertido en maestros invisibles en mi camino como escritor.
Mi proceso creativo: cómo empecé a escribir El Devorador de Virtud
(Tiempo de lectura: 5 minutos)
Antes de escribir El Devorador de Virtud, pasé un año entero construyendo los cimientos de mi mundo. Entre listas de esenciales, preguntas sin fin y más de cien páginas de notas, fui dando forma a la ambientación, los personajes, la trama y el estilo. Solo cuando sentí ese armazón sólido, me lancé a escribir la novela.
Cómo nació mi novela: El Devorador de Virtud
(Tiempo de lectura: 3 minutos)
Siempre he sido un apasionado de la fantasía y la ciencia ficción, géneros que me han acompañado tanto en lo emocional como en lo moral. Como lector, espectador y jugador, crecí rodeado de historias que me inspiraron a crear la mía propia. En 2023, tras alcanzar una etapa de estabilidad en mi vida, decidí dar el paso y emprender la aventura de escribir. Así nació El Devorador de Virtud.