El mapa de Eldava

(Tiempo de lectura: 9 minutos)

Eldava es el continente donde tienen lugar los hechos de El Devorador de Virtud. Un territorio vasto y diverso, rodeado casi por completo de mares y marcado por regiones muy diferentes entre sí. Al norte se encuentra el Mar Nestórico, cuyas aguas son transitadas por marineros y mercaderes. Al oeste se abre el Mar Infinito, del que se dice que más allá de su horizonte no hay nada. Al sur se extiende el Mar Antasis, una frontera natural que separa Eldava de tierras heladas, inhóspitas y poco exploradas. Y en el este, más allá de las últimas ciudades y puertos, comienzan las misteriosas Tierras Salvajes de Verden, un bosque impenetrable que inspira tanto temor como fascinación.

En el interior del continente abundan contrastes. El suroeste está ocupado por las Tierras Gronias, un lugar gris, yermo y peligroso. Pobladas por clanes brutos y salvajes, son una región desolada donde la vida es precaria y el viaje desaconsejable. Al norte se abre el Desierto de Dacra, un mar de arena que muy pocos se han atrevido a explorar en profundidad. Los pocos aventureros que han intentado cartografiarlo hablan de ruinas semienterradas y oasis ocultos, aunque gran parte de este territorio permanece envuelto en el misterio.

En el corazón de Eldava se encuentran las grandes naciones de la Unión: Hiclaria, Dasteura, Osmesh y Tusquia. Aunque son reinos independientes, mantienen un tratado de cooperación mutua para protegerse entre ellas y facilitar el comercio. Esta alianza no elimina sus tensiones internas, pero les ha permitido sobrevivir en tiempos de inestabilidad.

Hiclaria destaca por su fuerza institucional. Su Parlamento y su clase dirigente ejercen gran influencia en el continente, y allí se toman muchas de las decisiones que afectan a la vida de sus ciudadanos. Dasteura, por su parte, es sinónimo de ingenio técnico e innovación: en sus ciudades han surgido artefactos capaces de transformar el día a día, desde grúas en los muelles hasta sistemas de abastecimiento de agua. Osmesh mira al mar; sus flotas comercian no solo a lo largo de la costa de Eldava, sino también con regiones remotas de ultramar, trayendo especias, telas y relatos de tierras lejanas. Y Tusquia, el gran eje comercial terrestre: sus rutas y caravanas conectan las principales regiones del continente, convirtiendo a sus ciudades en mercados prósperos y bulliciosos. Sus gentes destacan por el arte de la negociación y la diplomacia, lo que ha hecho de Tusquia un territorio abierto y diverso, clave dentro de la Unión.

Más al oeste se encuentra la región autónoma de Librark, un territorio descentralizado compuesto por diversas comunidades con fuerte identidad propia. Verde y fértil, con extensos prados, bosques y tradición ganadera, ha prosperado gracias a su tierra rica, la iniciativa de sus gentes, y la abundancia de ciertos minerales. No tienen una organización política: cada región mantiene su autonomía y sus líderes locales, y la vida gira en torno a la libertad individual, la responsabilidad personal y el derecho a tomar decisiones sin injerencias. Esa filosofía de autogobierno se refleja en su carácter: directo, crítico y emprendedor, con una marcada preferencia por el debate abierto y la independencia de pensamiento. Librark es un lugar civilizado y próspero, aunque más disperso que las grandes naciones de la Unión.

Nueva Astrudia es un caso distinto. Se sabe poco de este reino envuelto en misterio, pues sus cielos permanecen cubiertos por densas nubes que rara vez dejan pasar el sol. Una neblina persistente, consecuencia del volcán Iradia, impregna el aire y oscurece la vida cotidiana. Sus habitantes, fríos y apáticos, apenas se relacionan con el resto de Eldava. A pesar de ello, no representan una amenaza activa: viven encerrados en su propio mundo, más aislados que beligerantes.

Eldava es, en definitiva, un continente marcado por sus contrastes: mares abiertos y regiones inexploradas, alianzas políticas y territorios peligrosos, ciudades bulliciosas y lugares envueltos en silencio. Cada nación, cada bosque y cada desierto guarda su propia historia, y todos ellos forman el escenario en el que se desarrolla El Devorador de Virtud.

P.D: El mapa de Eldava, con todos sus territorios, fronteras y detalles geográficos, ha sido concebido, diseñado y elaborado íntegramente por mí desde cero. Cada trazo, cada nombre y cada decisión cartográfica forman parte del proceso creativo que dio vida al mundo de El Devorador de Virtud, fruto de muchas horas de planificación, documentación y trabajo artesanal.

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